RECORRIDO EN LAS COMUNIDADES UNION 2000, JESUS DEL GRAN PODER, DICAPARE Y 25 DE JULIO

Monitoreo en la "Franja de diversidad y vida", con el ánimo de conocer de nuevos asentamientos humanos o el avance de la frontera agrícola hacia el territorio de los PIAV.

El día jueves 15 de febrero del 2018 salimos el equipo técnico de aa Fundación Alejandro Labaka a coordinar actividades relacionadas al proyecto denominado “Protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario”, y de paso monitorear la franja de diversidad y vida, con la finalidad de observar cómo se han ido organizando las comunidades -por su propia cuenta- en el ámbito agrícola.

El primer día de recorrido fuimos a la comunidad “Unión 2000” y “Jesús del Gran Poder”, pero antes llegamos a la Plataforma “Hormiguero Sur” de la compañía china, donde a 100 metros -aproximadamente- fueron lanceados la familia Duche Zabala, el 10 de agosto del 2009. En la actualidad se detecta un inmenso volumen con el sonido de los motores, que han fastidiado la vida de esta familia y de los PIAV. No parece que esto le importa a esta compañía.

Continuando nuestro camino, llegamos a los linderos de las comunidades “Los Reyes” y “Unión 2000”, donde se observa el abandono del Estado hacia los campesinos. Se puede observar que las familias de estas comunidades deben aprovchar de los recursoos que tienen como la madera y la producción, animales menores y mayores. Los compañeros kichwa, Shuar, waorani o mestizos no tienen la culpa de sacar o vender cualquier tipo de productos prohibidos como la madera y la carne silvestre, porque necesitan dinero en tiempos especiales, como en los comienzos de los años lectivos, donde tienen que comprar uniformes y listas de útiles escolares para sus hijos, así como financiar la salud y la alimentación. Por esa razón, no tienen más remedio que vender lo que tienen a su alrededor.

Y como en este lugar está dentro de la “Franja de diversidad y vida” no sé si la autoridad máxima, que regula esto, tendrá conocimiento. Nos queda una gran duda, pero,si dio el permiso, es que desconoce que a pocos metros de esta madera aserrada fueron lanceados la familia Duche Zabala en el 2009.

Y también nos preguntamos: ¿en dónde está la autoridad que vela por el derecho de los pueblos aislados (PIAV)?. Si no dieron el debido permiso o no se han enterado de estas actividades, una vez que sepan, no es para que lo vayan a cuestionar o a sancionar; a lo contrario, hay que darles alternativas. Se conoce que las comunidades, que están dentro de la franja, tienen un derecho especial, pero hasta ahora no hay proyectos que respondan a la necesidad de los compañeros, que viven dentro de este cordón fronterizo con los PIAV.

El día 16 de febrero del 2018 nos trasladamos al campo “Armadillo”, donde llegamos a la comunidad “Dicapare”, para dialogar con Manuel Cawiya sobre el tema de los vecinos Taromenani. Él manifestó que, en estos días, les iba a visitar para saber dónde están viviendo y comporbar si están cerca o lejos. Así mismo, quería decirles que “ya vivamos en paz, yo no más matarnos”. Yo sé que ellos me escuchan, manifestaba Cawiya.

Después de este diálogo, le dijimos que vamos a darnos una vuelta por la comunidad “25 de julio”. Manuel, muy a gusto. nos dio el permiso para estar en su territorio, incluso nos mandó los hijos y algunos jóvenes de su comunidad para caminar con nosotros. Después de unos minutos de viaje, en una carretera por dentro de la selva, llegamos a la comunidad “25 de julio” donde observamos una gran cantidad de cacao amontonado en la orilla de la carretera selvática

Eso era una señal más, para darse cuenta que -en este sector- hay cultivos nuevos; y eso no está mal, porque las comunidades no pueden quedarse solamente con el discurso de los voceros del Estado; deben continuar su trabajo, ya que es la única forma de dar respuesta a su familia, cultivando la tierra y sacando provecho de ella. Es una demostración más del abandono del Estado a las comunidades que están dentro de la “franja de diversidad y vida”.

Por otro lado, estos lugares de cultivos son cercanos a los lugares donde se movilizan permanentemente los Tagaeri y Taromenani, e incluso, donde hace años atrás ocurrieron los incidentes con los madereros.

Por esto, queremos alertar a las autoridades que tienen que ver con la defensa de grupos no contactados, y les preguntamos: ¿piensan que todo está bien? Con estos grandes cultivos en estos lugares, ¿piensan que todo está perfecto? ¿estas comunidades acaso no se quieren desarrollar?... Les dejamos estas preguntas para que las analicen y respuestas.

Para cerrar este pequeño informe, quiero aclarar que dentro de nuestro recorrido no hemos encontrado nuevos asentamientos humanos en ese sector. Solo hemos comprobado que las mismas comunidades existentes se han expandido con nuevos cultivos.

FAL

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